Cuando hablamos de enfermedades
pandémicas, es fácil remontarnos a décadas e incluso siglos atrás en la
historia. Es posible que nadie pensara que, contando con todos los adelantos
tecnológicos y logísticos que existen hoy, un virus pudiera causar lo que estamos
viviendo en estos días, en pleno siglo 21. Es pertinente pensar que a muchos la
pandemia del COVID-19 los ha tomado por sorpresa, causando un pánico casi
instantáneo en todas las naciones del mundo. Para nuestro país, muchos afirman
que esto recién comienza. Entonces, ¿qué podemos aprender de aquellos que ya lo
están viviendo de forma más extrema? Para dar respuesta, se ha consultado la
perspectiva de tres mujeres viviendo fuera de Chile. Más específicamente,
Alemania, Francia y Argentina.
Los Primeros Días: Los Adversarios Reconociéndose
Patricia vive al sur de Alemania,
muy cerca de la frontera con Italia, por lo que el temor estuvo latente desde
mucho antes del día cero (sabemos que el contagio masivo en la península
Itálica ocurrió en el norte del país). Ella nos dice que sólo toma un viaje de
3 a 4 horas llegar a Italia, y que el flujo de viajeros en circunstancias
normales es constante, y por eso es que en el país germano se vivía una suerte
de “paranoia” ya que el virus no tardaría en llegar. Por otro lado, Blanca, chilena
residente en Paris, Francia de hace varios años ya, relata que la reacción del
pueblo francés al principio fue muy relajada. Los primeros casos estaban en
localidades lejos de la urbe capital entonces la vida se desarrolló con total
normalidad. Sólo las ciudades afectadas tomaron medidas inmediatas tales como
cerrar escuelas, bares, restaurantes, entre otros lugares. Como situación más reciente,
Victoria, residente en Carmen de Areco, Argentina, cuenta que tras anunciarse
los primeros casos de contagio, la vida siguió prácticamente con normalidad, y
que el pueblo trasandino lo tomó con tranquilidad ya que la situación de
momento era muy leve.
Si ya está aquí, enfrentemos lo inevitable
De acuerdo a Blanca, el cambio de
mentalidad de los franceses fue muy rápido. Pasaron de la calma a tomar muy en
serio la situación ya que no tardaron en formarse filas para compras de primera
necesidad (especialmente fideos y papel higiénico). Ella agrega que en este
momento se ha decretado confinamiento total, siendo las salidas reducidas para
comprar necesarias y con un alto control policial. Dicho confinamiento debería
finalizar en once días más.
Victoria reconoce que las medidas
en Argentina al principio no se respetaron, pero que la acción de declarar
cuarentena total pese al bajo índice de casos ha sido efectiva. Al igual que
Francia, el pueblo argentino debe cumplir con esta medida hasta el 31 de marzo
y que ahora realmente se está respetando. Por ejemplo, se ha pedido que sea
sólo una persona que haga las salidas necesarias a comprar u otras tareas, y
que aun así las salidas deben ser reducidas. Cabe destacar que lo que ella relata
se basa en lo que ha visto o se ha comunicado ya que con su familia no han
salido de su casa desde el anuncio.
Empatía y responsabilidad social en tiempos de crisis
El cuidado, como la caridad, parte por casa
Si bien es evidente que las
medidas hasta ahora impuestas en Chile no son confiables, es claro que la
iniciativa debe ser propia. Victoria menciona que en su casa es constante el
lavado de manos, ya que puede ser más efectivo que el alcohol en gel, y que se
sale casi nada. Blanca dice que en Francia se evita totalmente los lugares
concurridos, y que es importante mantener la distancia sugerida entre cada
persona, y que el gel desinfectante sólo se usa cuando se sale de casa,
situación que también ha sido acotada. Ella agrega que también limita la
comunicación con sus cercanos sólo al teléfono. Patricia insta a que se
desinfecten las superficies de uso frecuente, y evitar el contacto innecesario
con otras personas. Por ejemplo, ella en este momento no recibe visitas ni
visitan a sus cercanos. Finalmente, añade que han comprado alimentos que
podrían necesitar en momentos específicos, y así evitan salir constantemente, tales como harina, leche y, como buenos
alemanes, cerveza.
Una especie sociable obligada a aislarse
El confinamiento, sea voluntario
o impuesto, limita la sociabilidad innata que posee el ser humano. Esto puede
afectar, a corto o largo plazo, nuestro estado de ánimo e impactar de alguna
forma en nuestra salud mental. Patricia cuenta que para ella ha sido difícil ya
que desde un principio no lo ha visto como vacaciones y que la lleva a pensar
que desearía que fueran realmente como tal. Una forma de evitar el estrés,
según Blanca, es compartir imágenes y vídeos graciosas para subir el ánimo a
través de grupos en redes sociales, algo que ella llama “confinamiento alegre.”
Victoria, por otro lado, insta a que estos días se conviertan en tiempo de
calidad para las familias, aprovechando de hacer cosas que puedan distraer,
desde música a ver series de televisión, como forma de mantener la mente
ocupada sanamente.
Lecciones para el pueblo de Chile
Al pedir las experiencias que se
viven en otros países, las tres colaboradoras estaban al tanto de cómo se
tratado la pandemia en nuestro país. Patricia piensa que algunos chilenos no se
lo toman en serio, y que prácticamente se crea un estigma sobre aquel que da
positivo en el examen, una suerte de “vergüenza” en admitir un posible caso
como dice ella. También es enfática en que lo que debe primar es la salud de
cada uno. Por su parte, Victoria recomienda que las salidas de casa sean
mínimas y que se acaten las medidas necesarias para evitar la expansión del
contagio. Blanca también se une esto último y
que sobre todo, debe existir solidaridad hacia aquellos que deben seguir
batallando con este virus directamente. Como ejemplo, ella menciona que todos los días a las
20 horas, ella y sus vecinos salen a aplaudir desde sus balcones al personal de
salud que sale y entra en cambio de turno en un hospital cercano. Finalmente,
Patricia expresa que hay que ser empáticos y responsables hacia aquellos que no
han podido dejar de trabajar, y eso se logra acatando las normas que se
establecen en este tiempo que será largo, del cual se espera salir vencedores y
que necesita de las mejores cualidades del ser humano para ser combatido.

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