viernes, 20 de marzo de 2020

COVID-19 alrededor del mundo: Experiencias de gente real y qué podemos aprender para Chile

Cuando hablamos de enfermedades pandémicas, es fácil remontarnos a décadas e incluso siglos atrás en la historia. Es posible que nadie pensara que, contando con todos los adelantos tecnológicos y logísticos que existen hoy, un virus pudiera causar lo que estamos viviendo en estos días, en pleno siglo 21. Es pertinente pensar que a muchos la pandemia del COVID-19 los ha tomado por sorpresa, causando un pánico casi instantáneo en todas las naciones del mundo. Para nuestro país, muchos afirman que esto recién comienza. Entonces, ¿qué podemos aprender de aquellos que ya lo están viviendo de forma más extrema? Para dar respuesta, se ha consultado la perspectiva de tres mujeres viviendo fuera de Chile. Más específicamente, Alemania, Francia y Argentina.

Los Primeros Días: Los Adversarios Reconociéndose

Patricia vive al sur de Alemania, muy cerca de la frontera con Italia, por lo que el temor estuvo latente desde mucho antes del día cero (sabemos que el contagio masivo en la península Itálica ocurrió en el norte del país). Ella nos dice que sólo toma un viaje de 3 a 4 horas llegar a Italia, y que el flujo de viajeros en circunstancias normales es constante, y por eso es que en el país germano se vivía una suerte de “paranoia” ya que el virus no tardaría en llegar. Por otro lado, Blanca, chilena residente en Paris, Francia de hace varios años ya, relata que la reacción del pueblo francés al principio fue muy relajada. Los primeros casos estaban en localidades lejos de la urbe capital entonces la vida se desarrolló con total normalidad. Sólo las ciudades afectadas tomaron medidas inmediatas tales como cerrar escuelas, bares, restaurantes, entre otros lugares. Como situación más reciente, Victoria, residente en Carmen de Areco, Argentina, cuenta que tras anunciarse los primeros casos de contagio, la vida siguió prácticamente con normalidad, y que el pueblo trasandino lo tomó con tranquilidad ya que la situación de momento era muy leve.

Si ya está aquí, enfrentemos lo inevitable

De acuerdo a Blanca, el cambio de mentalidad de los franceses fue muy rápido. Pasaron de la calma a tomar muy en serio la situación ya que no tardaron en formarse filas para compras de primera necesidad (especialmente fideos y papel higiénico). Ella agrega que en este momento se ha decretado confinamiento total, siendo las salidas reducidas para comprar necesarias y con un alto control policial. Dicho confinamiento debería finalizar en once días más.

Similar a Francia es la situación que se vive en Alemania. Patricia cuenta que Alemania está bajo un toque de queda absoluto, con alto resguardo policial, con centros educacionales cerrados hasta nuevo aviso y que las personas que siguen trabajando deben contar con una identificación especial. Dichos casos son, por ejemplo, todo el personal que se desempeña en centros de salud. Otro ejemplo que ella nos entrega es el caso de su esposo, quien es trabajador social, y que cuenta con dicho permiso para seguir en el desempeño de su trabajo.
Victoria reconoce que las medidas en Argentina al principio no se respetaron, pero que la acción de declarar cuarentena total pese al bajo índice de casos ha sido efectiva. Al igual que Francia, el pueblo argentino debe cumplir con esta medida hasta el 31 de marzo y que ahora realmente se está respetando. Por ejemplo, se ha pedido que sea sólo una persona que haga las salidas necesarias a comprar u otras tareas, y que aun así las salidas deben ser reducidas. Cabe destacar que lo que ella relata se basa en lo que ha visto o se ha comunicado ya que con su familia no han salido de su casa desde el anuncio.

Empatía y responsabilidad social en tiempos de crisis

Un aspecto compartido por cómo se vive esta situación en los tres países es que, a pesar de las medidas restrictivas, la gente no acata los planes en su totalidad. Blanca indica que debido a esas personas, el gobierno francés podría incrementar las sanciones para quienes no cumplan las consignas dentro del plazo de confinamiento. Argentina, por su parte, ha respetado las medidas pero aun así han debido lidiar con situaciones que complican la emergencia. Victoria comenta que personas provenientes de viajes al extranjero no respetan los protocolos de salud y no informan de su situación. Sin embargo, el gobierno argentino recibe denuncias por estos casos y son llevados a control inmediato. Al mismo tiempo, ella agrega que también pueden denunciar si los bienes de primera necesidad, en especial los desinfectantes como el alcohol gel, son aumentados de precio en exceso. Quienes lo han tomado más seriamente es en Alemania. Patricia explica que la cantidad de personas que no acatan la cuarentena es mínima, ya que han comprendido las dimensiones de esta instancia. Como ejemplo, ella cuenta que las personas que sienten síntomas notifican a sus empleadores, van a los centros de salud y preventivamente se aíslan en sus casas. Es importante resaltar que esto se atribuye a la confianza que la ciudadanía alemana tiene en su sistema de salud, tanto en su funcionamiento como en las garantías y beneficios que este le entrega a su gente.

El cuidado, como la caridad, parte por casa

Si bien es evidente que las medidas hasta ahora impuestas en Chile no son confiables, es claro que la iniciativa debe ser propia. Victoria menciona que en su casa es constante el lavado de manos, ya que puede ser más efectivo que el alcohol en gel, y que se sale casi nada. Blanca dice que en Francia se evita totalmente los lugares concurridos, y que es importante mantener la distancia sugerida entre cada persona, y que el gel desinfectante sólo se usa cuando se sale de casa, situación que también ha sido acotada. Ella agrega que también limita la comunicación con sus cercanos sólo al teléfono. Patricia insta a que se desinfecten las superficies de uso frecuente, y evitar el contacto innecesario con otras personas. Por ejemplo, ella en este momento no recibe visitas ni visitan a sus cercanos. Finalmente, añade que han comprado alimentos que podrían necesitar en momentos específicos, y así evitan salir constantemente, tales como harina, leche y, como buenos alemanes, cerveza.

Una especie sociable obligada a aislarse

El confinamiento, sea voluntario o impuesto, limita la sociabilidad innata que posee el ser humano. Esto puede afectar, a corto o largo plazo, nuestro estado de ánimo e impactar de alguna forma en nuestra salud mental. Patricia cuenta que para ella ha sido difícil ya que desde un principio no lo ha visto como vacaciones y que la lleva a pensar que desearía que fueran realmente como tal. Una forma de evitar el estrés, según Blanca, es compartir imágenes y vídeos graciosas para subir el ánimo a través de grupos en redes sociales, algo que ella llama “confinamiento alegre.” Victoria, por otro lado, insta a que estos días se conviertan en tiempo de calidad para las familias, aprovechando de hacer cosas que puedan distraer, desde música a ver series de televisión, como forma de mantener la mente ocupada sanamente.

Lecciones para el pueblo de Chile

Al pedir las experiencias que se viven en otros países, las tres colaboradoras estaban al tanto de cómo se tratado la pandemia en nuestro país. Patricia piensa que algunos chilenos no se lo toman en serio, y que prácticamente se crea un estigma sobre aquel que da positivo en el examen, una suerte de “vergüenza” en admitir un posible caso como dice ella. También es enfática en que lo que debe primar es la salud de cada uno. Por su parte, Victoria recomienda que las salidas de casa sean mínimas y que se acaten las medidas necesarias para evitar la expansión del contagio. Blanca también se une esto último y que sobre todo, debe existir solidaridad hacia aquellos que deben seguir batallando con este virus directamente. Como ejemplo, ella menciona que todos los días a las 20 horas, ella y sus vecinos salen a aplaudir desde sus balcones al personal de salud que sale y entra en cambio de turno en un hospital cercano. Finalmente, Patricia expresa que hay que ser empáticos y responsables hacia aquellos que no han podido dejar de trabajar, y eso se logra acatando las normas que se establecen en este tiempo que será largo, del cual se espera salir vencedores y que necesita de las mejores cualidades del ser humano para ser combatido.


Un profundo agradecimiento a Patricia, María Victoria y Blanca por compartir sus experiencias

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