Un vehículo antiguo conducido por un elegante e impecable caballero se acerca a un grupo de obreros vestidos de blanco, tostados por el abrazador sol del desierto de Atacama, agotados por las eternas horas de trabajo y que huyen ante una inminente explosión. Esta postal es la perfecta descripción de lo que fueron los años de la época del salitre, tiempos de apogeo económico para Chile gracias a la extracción del mineral blanco, y forjado a punta de excesos, maltratos y penurias. Pero en realidad, dicha descripción corresponde a los primeros minutos del primer episodio de Pampa Ilusión, teleserie emitida por TVN entre el 07 de marzo y el 03 de agosto de 2001. Hoy se cumplen 20 años desde la emisión de esta magnífica producción de época ambientada en la década de 1930, cúspide y caída del auge salitrero. Para muchos, esta teleserie es una más de las tantas que produjo TVN en su mejor momento. Para mí, es definitivamente un hito televisivo cuyos logros no se valoran lo suficiente, y que marcó estándares de producción que se han olvidado en el tiempo.
Antes de expandir la idea, siempre
es bueno establecer contexto. Pampa
Ilusión fue el producto del equipo estrella de las teleseries de TVN:
Víctor Carrasco en el guion, Pablo Ávila y Daniela Demicheli en la producción,
y Vicente Sabatini en la dirección. Esta teleserie aborda el regreso de Inés
Clark (Claudia Di Girólamo) a la oficina salitrera llamada “Pampa Ilusión” en busca
de respuestas por parte de su padre, William Clark (Héctor Noguera), dueño de
la salitrera y quien desterró a Inés y su madre lejos sin saber por qué. Todo
esto ambientado en la vida cotidiana de las salitreras, y la inminente crisis
que está llevando al inevitable cierre de la oficina. Esto es un resumen
bastante escueto, considerando todas las aristas y sub-tramas que esta
teleserie desarrolla de forma impecable a lo largo de sus 114 episodios,
involucrando temas como los abusos hacia la clase obrera, las dificultades
económicas, la discriminación por ocupación o nacionalidad y el machismo (todos
abordados en una época en que los quiebres de la sociedad chilena eran tan o más
profundos de lo son ahora). Pero las temáticas y su forma de abordarla son sólo
una parte de los méritos que se gana esta teleserie.
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| Oficina salitrera Santa Laura, lugar donde se grabó Pampa Ilusión |
De hecho, la historia de las salitreras no está muy presente en el área audiovisual de nuestras artes. Si bien tenemos obras musicales (“La Cantata de la Escuela Santa María de Iquique” o la canción “Arriba Quemando El Sol”) que hablan de la vida de los pampinos, son poquísimos los trabajos que retratan esta época en televisión o cine. Lo existente hasta ese momento eran obras relacionadas a la Guerra del Pacífico, cuyo móvil fue la riqueza del salitre. Pampa Ilusión profundiza la vida tanto de los dueños de las salitreras como de los obreros y sus familias, y la relación que existía entre ellos. Esta teleserie funciona como un retrato bastante fiel de las injusticias que vivían los habitantes de las oficinas, el trato que recibían por parte de sus patrones y las limitaciones económicas y sociales a las que eran sometidos. Hablamos de una historia que entrega el aspecto humano de las personas que vivieron esa época en su máxima expresión.
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| De izq. a derecha: Vicente Sabatini (director), Claudia Di Girólamo y Francisco Reyes |
Cuando hablamos de personas, nos vamos directamente al otro gran mérito que presenta esta producción: el conjunto actoral y el trabajo realizado por cada uno. Vicente Sabatini siempre centró las historias en los personajes, y tenía la capacidad de desarrollarla con artistas de alto nivel. Cuando tienes actores de calidad, puedes crear personajes integrales, que generen un impacto en la audiencia y que puedan permanecer en el tiempo. Pampa Ilusión evidencia claramente que Sabatini no puso límites en cuanto a talento actoral se trata. Y no hablamos de cinco o seis actores de renombre. Piénsenlo así: ¿sería posible hoy en día tener en tu reparto de actores a Claudia Di Girólamo, Francisco Reyes, Héctor Noguera, Luis Alarcón, Delfina Guzmán, Eduardo Barril, Mares González, Luz Jiménez, Alfredo Castro, Ximena Rivas, Amparo Noguera, José Soza, Consuelo Holzapfel, Tamara Acosta y Néstor Cantillana? Sería mejor agradecer que hubo una producción que los tuvo a todos juntos. Cada uno de ellos trabajó arduamente en conectarse con su personaje, adecuarse a la época en que se desarrolla y darle la credibilidad necesaria para que la audiencia perciba a quienes son parte de la historia, no a los actores.
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| Blanca Lewin como "Clara Montes" |
Para finalizar, sólo me queda recomendarles encarecidamente que la vean. De hecho, todos los episodios están disponibles en YouTube Es un producto de calidad que no volverá a ocurrir. Estoy completamente seguro que en el futuro no existirá una producción que le iguale, menos que le supere. Los tiempos cambian, los estándares también, y lo que esta teleserie logró en su momento no se podrá repetir. Por más que queramos, los tiempos de la “era dorada” no volverán más, más aun cuando vemos que la televisión va de salida de forma lenta pero segura—no por la audiencia, sino por la gente que maneja las unidades televisivas y sus contenidos—pero no quiere decir que no se pueda aprender del pasado, de la historia que se ha construido. Por ahora, sólo queda reconocer y destacar que hace 20 años, un grupo de artistas de primer nivel supo dejar su trabajo enmarcado en la historia, y en la memoria colectiva de las y los chilenos que vieron esta ilusión televisiva como la obra de arte que fue, es y será por siempre.




